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Vuelve el lavadero: agua, piedra y ropa

El lavado a la piedra es una técnica que se utiliza para suavizar el tejido y darle un aspecto desgastado. Hace unos 60 años que esta técnica viene usándose para envejecer los vaqueros y darles un look más informal.

El proceso consiste en añadir productos abrasivos, como la piedra pómez, al agua del lavado. Al principio se hacía de forma casera pero pronto evolucionó hacia una técnica industrial.

Se puede lavar tejido a metros o bien la prenda confeccionada, a esta técnica se le llama garment dye y la diferencia entre ambos procesos se aprecia sobretodo en los bordes y costuras de la prenda, que tienen un aspecto más genuino si fueron hechos antes de lavarse.

El resultado son prendas suaves, como lavadas a mano en la pila de piedra de un lavadero, un sitio maravilloso que cayó en desuso con la llegada –gracias a santa tecnología– de la lavadora.

Junto con el lavado se realiza el tinte, que produce colores discretos y matizados, ideales para el sosiego y el descanso. Además de la suavidad y el color, otra ventaja del lavado a la piedra es que las prendas no encogen porque ya lo hicieron antes de estrenarse.

Nuestros productos Son y Molsa están hechos de algodón, los confeccionamos con tejido sin tintar y después los lavamos a la piedra para darles un tacto más suave y un color 'tranquilo'. Podrás usarlas durante mucho tiempo mientras envejecen con estilo.

Por cierto, olvídate de planchar la ropa de cama Son, simplemente tiéndela para que se seque de forma natural, así tu cama tendrá un aspecto mucho más acogedor y confortable.